Medidas clave para prevenir el óxido de las válvulas de acero forjado

El óxido de las válvulas de acero forjado puede hacer que las válvulas no puedan abrirse o cerrarse, por lo que se debe prevenir.
Hay tres medidas principales para prevenir el óxido:
Protección diaria:
Para las válvulas ociosas, se deben cerrar las válvulas de entrada y salida, limpiar el medio interno, aplicar grasa al vástago, cubierta exterior de polvo y almacenarlas en un lugar seco y ventilado (evitar ambientes húmedos, ácidos y álcalis); Por su parte, las válvulas en uso deben comprobar semanalmente si hay fugas en el sello del vástago, añadir grasa al vástago regularmente (mensualmente), y limpiar la superficie de sellado de la brida con agua limpia o disolvente neutro a tiempo si hay residuos de medio.
Adaptación a las condiciones de trabajo:
Si el medio contiene componentes corrosivos (como ácidos y álcalis, agua salada), es necesario seleccionar materiales de acero forjado resistente a la corrosión (como la válvula de acero forjado 316l) o hacer un recubrimiento anticorrosivo (como el recubrimiento de ptfe) en el interior de la válvula para evitar que el sustrato entre en contacto directo con el medio corrosivo.
Evitar operaciones inapropiadas:
Al cambiar la válvula, evite abrirla y cerrarla bruscamente para evitar daños en el núcleo / vástago de la válvula que causen daños en la capa protectora; Las válvulas cerradas durante mucho tiempo se abren ligeramente 1 – 2 vueltas al mes para evitar que el vástago se adhiera al relleno, reduciendo al mismo tiempo la retención de humedad.
Si la válvula de acero forjado ya tiene el problema de que no se puede cambiar o el sello falla (como fugas continuas), es necesario detener el motor para desmontar e inspeccionar, y reemplazar el núcleo de la válvula, el sello o la válvula general si es necesario para evitar afectar el funcionamiento del sistema.